Los sistemas de aislamiento de los motores y las bobinas siguen la ecuación de Arrenius: Una tasa de reacción química se duplica por cada incremento de temperatura de 10° C, ya que los sistemas de aislamiento son dieléctricos y siguen estas reglas. Esto significa que la vida de un motor disminuye en un 50% por cada 10° C de aumento en la temperatura del motor.

Muchos motores eléctricos usan convección térmica para mantener el motor frío. Cuanto mayor es el área de superficie de contacto, mayor es la capacidad de transferencia de calor. Las aletas en la carcasa del motor aumentan el área de superficie de la carcasa del motor, lo que aumenta las capacidades de disipación de calor del motor, maximizando así la vida útil de los sistemas de aislamiento de los motores.

Permitir la acumulación en el exterior de los motores limita la capacidad de los motores para disipar adecuadamente el calor, reduciendo drásticamente la vida del sistema de aislamiento de los motores y la vida de los mismos. La limpieza frecuente del exterior de los motores permitirá que éstos alcancen su vida útil.